Que te conozca y te haga conocer, que te ame y te haga amar,

que te sirva y te haga, servir, que te alabe y te haga alabar.

San Antonio María Claret

“Todo el empeño y cuidado, ansia y deseo de las Maestras

ha de ser procurar plantar y grabar en el corazón de sus discípulas

un tierno y fino amor de Dios y del prójimo,

con lo cual se cumple la Ley del Señor y sin cuyo cumplimiento

todo se pierde y es en vano todo lo demás”.

María Antonia. Paris

PERFIL E IDENTIDAD DEL EDUCADOR CLARETIANO

Todo Educador de los Centros Educativos de la Provincia de Latinoamérica, de la Religiosas de María Inmaculada ha de:

  • Vivir el compromiso bautismal, los valores evangélicos y carismáticos de modo que incida en el SER y HACER. 
  • Se identificarse con la invitación de los fundadores a ser una sola familia y un solo corazón, haciendo fácil el mismo camino con las armas de la justicia y el ejemplo.
  • Asume el estilo del misionero apostólico para compartir el anuncio del Reino impregnado de la pedagogía de Jesús.
  • Valora el hacer con otros como un estilo de vida, desde un sentido comunitario que implica un modo de pensar, vivir y actuar.
  • Promueve en los estudiantes una sensibilidad social ante las problemáticas actuales.
  • Desarrolla desde la enseñanza un análisis crítico de la realidad.
  • Se relaciona desde un estilo propio de vivir: amigable, sencillo y cercano, valorando la diversidad.
  • Prioriza su formación espiritual claretiana desde una actitud constante de renovación y adaptación. 
  • Cuida su formación permanente de modo que contribuya a la formación integral de los estudiantes para que sean agentes de cambio.

PERFIL DEL ESTUDIANTE CLARETIANO

Es la formación humana integral en todos sus aspectos, 

personal, cultural y social fundada en una fuerte dimensión espiritual 

centrada en la Palabra como misionero claretiano.

Los estudiantes, protagonistas de su propia educación, desempeñan su rol en función de sus capacidades y habilidades fundamentadas sobre los cuatro pilares de la educación que tienen como finalidad formar personas autónomas, críticas, independientes, capaces de la toma de decisiones en forma libre y responsable, de convivir en sociedad y, siguiendo los pasos de Jesús, de asumir su propio proyecto de vida como agentes de cambio. 

Inspirados en los pilares de la educación claretiana:

  • APRENDER A SER: consiste en que cada educando se conozca y desarrolle con sencillez, toda su riqueza, su complejidad, sus expresiones y sus compromisos como estudiante claretiano, centrando su vida en la Palabra, lo cual implica escucharla, alimentarse de ella, orarla, celebrarla, vivirla y comunicarla.

  • APRENDER A CONOCER: consiste en que cada  estudiante aprenda a comprender  el mundo que lo rodea a la luz de los valores evangélicos, de manera que le permita vivir con dignidad, desarrollar sus capacidades y comunicarse con los demás dando testimonio de su fe. 

  • APRENDER A HACER: consiste en que cada estudiante ponga en práctica los conocimientos que va adquiriendo al estilo claretiano, siendo solidario, servicial, a imitación de María.

  • APRENDER A VIVIR CON OTROS: consiste en que cada estudiante aprenda a relacionarse con los demás a través del diálogo y de manera fraterna,  resolución de situaciones problemáticas, siendo tolerantes, inclusivos, respetuosos de las diferencias para poder vivir en un entorno de paz y de igualdad.  Esto implica como misionero claretiano, vivir como una sola familia un solo corazón, estando atento a las realidades humanas y,  a su vez, comprometido en el cuidado de la casa común. 

Estos cuatro pilares se corresponden con los cuatro pilares que rezamos en nuestra oración apostólica y que identifican a un estudiante claretiano: conocer, amar, servir y alabar, los cuales deben ser vividos de tal forma que no sólo hay que conocer, tenemos que hacer conocer, no sólo se debe amar, tenemos que hacer amar, no sólo servir, sino hacer servir y no sólo alabar, sino hacer alabar.